Cuando pensamos en la decoración interior de nuestro hogar, hay muchos elementos decorativos a tener en cuenta. En este post, os ofrecemos un recorrido por unos de los objetos que más personalidad impregnan en el hogar: los cuadros.
Los cuadros no sólo se encargan de vestir las paredes de nuestra casa, sino de personalizarlas, dándole un toque individual y diferente a nuestro hogar que varía en función del estilo artístico o el tipo de cuadro con el que queramos decorar las distintas estancias.
Tipos de cuadros
Entre las variedades de cuadros, existen multitud de categorías donde elegir. A continuación, destacamos las más populares:
- Lienzos
Los lienzos son una de las opciones más elegidas para decorar paredes por multitud de estilos: clásico, vintage, moderno o abstracto, y por su precio adaptado a todos los bolsillos. Una variante de los lienzos son las lonas, cuya composición es la misma, pero usando un material diferente, la lona vinílica.
- Fotografías
Aunque durante un tiempo los retratos o fotografías parecían evocar épocas antiguas, las nuevas técnicas de impresión han traído de vuelta esta alternativa decorativa a nuestros hogares. Composiciones de fotos artísticas de paisajes, edificios famosos o incluso retratos llenarán nuestras paredes de recuerdos a la par que darán esa personalización que estamos buscando.
- Pinturas
La pintura es el cuadro tradicional por excelencia. Al igual que el lienzo, ofrece muchos estilos dependiendo del estilo artístico que más se ajuste a nuestra personalidad. En cuestión de tendencias, las pinturas de retratos de mujeres africanas se han puesto muy de moda por la calidez de su paleta de colores y la singularidad de los retratos.
- Tallas decorativas
Pese a que no se encuentra dentro de la categoría de cuadros como tal, las tallas decorativas son la última tendencia en decoración de paredes. Composiciones o piezas únicas en las que predominan formas de la naturaleza como las hojas o los árboles.
Crea composiciones fáciles en cinco pasos
Una vez que hemos elegido el tipo de cuadro que mejor se adapta a la personalidad de nuestra casa, es hora de colgarlos con elegancia. Si no quieres taladrar tus paredes, existen otras alternativas que puedes usar como la cinta de doble cara, cuelga cuadros o adhesivos especiales.
- Delimita el espacio de la pared: para crear una composición, lo primero que debes hacer es medir el espacio que tienes y crear o ajustar tu composición acorde a ello.
- Define el tipo de composición: ¿te gusta lo irregular o adoras las líneas rectas? Elige entre cuadros de distinto tamaño o forma si quieres apostar por una disposición natural. Sin embargo, si te inclinas más por el orden, hazte con el mismo estilo y mide con precisión para no pasarte ni un centímetro.
- Adjudica una distancia: siguiendo las pautas del punto anterior, no te olvides de marcar la distancia entre los distintos elementos de tu composición. Puedes optar por distancias desiguales o completamente idénticas. No existe la respuesta correcta, todo depende de tu personalidad.
- Vertical u horizontal: la linealidad de tu composición vendrá determinada por el espacio del que dispongas, aunque habrá ocasiones en las que puedas elegir. Las líneas verticales dan sensación de altura, mientras que las horizontales de amplitud.
- Color o blanco y negro: en función del resto de elementos de decoración de tu casa, puedes optar por composiciones en blanco y negro o a color. Valora si la estancia necesita una nota de color o si, por el contrario, le vendría bien un poco de la neutralidad que evocan las imágenes en blanco y negro.
Sin duda, elegir cuadros decorativos para las paredes requiere de cierta toma de decisiones para otorgar el estilo y la personalidad que nuestra casa necesita.